6.
Pasaban los años y el Mundo seguía girando; los Países luchando entre ellos y sus habitantes seguían odiándose y amándose. En el cielo, cargado siempre de hermosas historias, un globo verde con su lazo rojo.
Pasaban los años y las arrugas comenzaban a asomarse; el pelo caía y la vida comenzaba a marchitarse. Pero la esperanza y el amor no dejaban de viajara y crecer.
María era una jubilada que vivía sola, con la única compañía de un gato blanco y negro. Se refugiada en una pequeña casa de piedra a las afueras de un pueblecito al que solo acudía, muy de vez en cuando, para comprar alguna cosa de extrema necesidad.
Hacía un tiempo que había dejado marchar al globo y ya solo esperaba, sentada en el porche, su regreso.
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