jueves, 22 de septiembre de 2011

"El Globo Verde"

8.
La Primavera al fin había llegado, el Sol saludaba con sus potentes rayos y las flores, con toda su variedad de colores, le devolvían el saludo. Los pájaros volaban sobre la pequeña casa de piedra, era la época de viajar a lugares más cálidos y llegaban en bandadas.
            María, ya anciana, recogía en su huerta tomates y lechugas para comer. Su gato la observaba tumbado al Sol, ronroneaba y cerraba sus ojitos moviendo dulcemente la cola. La tranquilidad de las últimas semanas no acompañaba a los pensamientos de María. Preocupada, esperaba la llegada de una nueva carta, sabía que los años no perdonaban y que cualquiera podía ser la última. Raúl, ese increíble globo, su cinta roja… habían sido lo más bonito que le había pasado nunca. Lo único bueno que le había sucedido, si lo pensaba bien, el único motivo por el cual sonreír. Pero ya hacía mucho tiempo que no sabía nada de ellos y el tiempo no esperaba, eso lo sabía muy bien.
            El gato hizo un ademán de moverse, la sombra estaba ahora sobre él e impedía que siguiera calentándose la barriga. Se puso a maullar, a protestar al cielo por no dejarle seguir disfrutando de aquel espléndido sol de mayo. María levantó la mirada buscando, para regañarlas, a las nubes que molestaban a su gato. Entonces comenzó a llorar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario